El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aceptó anoche las condiciones de los obispos para iniciar un diálogo nacional, entre ellas el cese de la represión y el ingreso al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar las 49 muertes ocurridas en las protestas.

“Estamos de acuerdo en trabajar cada uno de los puntos allí planteados (por los obispos), tomando en cuenta que en todos se recoge su buena voluntad como mediadores y testigos”, respondió Ortega en una misiva dirigida a la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).

Ortega dijo además que en el gobierno “estamos todos listos a acudir a su llamado al diálogo en la fecha más pronta posible, para tranquilidad de todos los nicaragüenses”.

En la carta, el mandatario dijo que coincide con los obispos en “la necesidad del cese de la violencia, intimidación y agresión a los ciudadanos, y agregamos nuestra gran preocupación sobre ambientes de temor creados en comunidades”.

En la carta no menciona si aceptará la visita de una comisión de la CIDH-OEA o la de la ONU como lo habían pedido los organismos y la iglesia.